¿Qué es la dieta de descarte?
La dieta de descarte es lo primero que te aconsejan hacer los veterinarios cuando hay que descubrir por qué tu perro no está bien de la tripa. Consiste en ir probando alimentos para así detectar cuál le siente mal bien por intolerancia o bien por alergia.
Os voy a comentar algunos datos escatológicos pero necesarios para esta historia. Cuando adoptamos a Nimbus estábamos super ilusionados a la vez que nerviosos, tras investigar en temas de alimentación, concluimos que lo íbamos a alimentar con pienso y para ello compramos uno de los piensos mejor valorado del mercado.
Al poco de estar en casa empezamos a notar que sus deposiciones no eran normales, bien salía diarrea, pastosa (muy blanda pero con algo de consistencia) o casi normal pero con una especie de moco. Como buena «madre perruna» (término que por cierto no me gusta nada) tengo fotos de todas ella las cuales enseñé a su veterinaria en su momento.
¿Cómo se hace la dieta de descarte?
Hablando con su veterinaria en aquel momento vimos las opciones, la primera era hacer dieta de descarte, que consiste en ir dandole ciertos alimentos cocinados para ir viendo lo que le sienta mal. Sin exageraros, estuve meses cocinando más para el perro que para mí.
Durante semanas dedicaba un día del fin de semana a preparar la comida de la semana del perro, porque según su veterinaria, para que se viera algún efecto, los perros tienen que estar al menos dos semanas comiendo los mismos alimentos.
Preparábamos una olla con cada uno de los alimentos, los cocíamos por separado, preparábamos tuppers para la semana (en nuestro caso eran tres tomas al día), echábamos la proporción de cada ingrediente en cada tupper y los guardábamos en el frigorífico hasta que tocaba dárselo.
Menús para la dieta
Menú 1
En total hacíamos unos tres menús que le íbamos variando cada dos semanas aproximadamente.
El primer menú que probamos era arroz, pollo y calabaza, para los que no lo sepan, la calabaza tiene muchos beneficios que os contaré en otro post. A priori ves esos ingredientes y, según nuestras creencias, son super sanos, o eso pensaba yo, después me di cuenta de que no es así.
Dar arroz a perros no es tan sano como parece, tenemos la creencia de que es astringente pero según varios lugares que leí online no lo es ni para los humanos. Hay opiniones que dicen que si algo del arroz puede ayudar en casos de gastritis o similar es el agua de la cocción, pero no el grano de arroz en sí.
El pollo, efectivamente es la proteína más usada en la alimentación de perros, sobre todo en los piensos ya que es la proteína más barata, pero a su vez, el pollo es la proteína que más alergias e intolerancias produce.
Como os decía antes, los antioxidantes y compuestos antiinflamatorios presentes en la calabaza, como la vitamina A y el betacaroteno, pueden ayudar a reducir la inflamación en el tracto gastrointestinal, para ello es mejor que la coman cocida ya que permite una fácil digestión.
Menú 2
Por último pero no menos importante, el tercer menú. En este caso consistía en pescado (salmón o merluza), patata y calabaza. En nuestro caso fue el menos malo.
El pescado en general tiene más pros que contras, es bajo en grasas, contiene Omega 3, vitaminas B y D y yodo. Aunque hay que observar la reacción del perro e introducirlo de a poco.
La patata como hemos comentado antes para los perros tienen más contras que pros. Al contrario que la calabaza, como también hemos comentado en el menú 1.
Menú 3
El segundo menú que probamos era patata, pollo y zanahoria, igualmente que el menú anterior parece muy sano.
La patata, si se le da a los perros, debe estar bien cocida ya que cruda contienen solanina, una sustancia tóxica para los perros (y los humanos). Y en caso de que el perro sea intolerante puede causar vómitos y diarreas. Atentos que muchos piensos se hacen con patata y si es intolerante a la patata es probable que también al boniato.
Del pollo poco más hay que decir, ¡ah bueno! JAMÁS le deis los huesos de pollo cocinados al perro y crudos tampoco, mejor darle otros huesos.
La zanahoria, es rica en nutrientes y puede ayudar a regular el tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento, aunque en este caso tratábamos más bien lo contrario.
En conclusión
En mi opinión, siempre que tengas tiempo para cocinar es una buena opción para detectar alimentos que no le van bien a tu perro, en ocasiones se identifican muy rápido. En nuestro caso no sirvió para nada ya que como os contaré en otro post, Nimbus es intolerante a muchas cosas. SPOILER: finalmente le hicimos las pruebas de intolerancia.
Todo esto siempre es mi opinión basada en mi experiencia, no soy veterinaria, nutricionista ni nada por el estilo. Si tienes un perro que está teniendo problemas intestinales no dudes en seguir el consejo de tu veterinario y si por lo que sea no te convence, pide otras opiniones a profesionales, pero tu perro no es un experimento, es un ser vivo, por lo que no hagas caso a cualquier cosa que veas en internet.